La mujer embarazada debe llevar sobre todo una alimentación equilibrada para el buen desarrollo y la salud de su bebé, pero también por su propia salud. Es decir, debe hacer frente a sus propias necesidades nutricionales, junto con las de su bebé.
En lo que se refiere a los alimentos, la mujer embarazada debe comer, en cantidad suficiente:
- productos lácteos, por su aporte de calcio, necesario para la formación del esqueleto de su bebé, pero también para proteger el capital óseo y los dientes de la madre.
- carne, pescado o huevos por:
. las proteínas necesarias para la construcción del esqueleto y los músculos del bebé, pero también para evitar que la madre pierda masa muscular,
. los minerales, en particular el hierro, las vitaminas, en particular B6 y B12, necesarias entre otras cosas para fabricar la hemoglobina del bebé, pero también para evitar anemia en la madre,
- alimentos feculentos (patatas, pasta, arroz, sémola, legumbres...) o pan y cereales... por los glúcidos complejos que alimentan lentamente con glucosa el cerebro del bebé y evitan que la madre tenga crisis de hipoglucemia, pero también por las vitaminas del grupo B, y en particular la vitamina B1, necesaria para la transmisión de los influjos nerviosos y el funcionamiento del sistema cardiovascular,
- frutas y verduras por las vitaminas, especialmente la B9, necesaria para el sistema nervioso del bebé,
- aceites variados, como:
. aceite de colza y nuez, por los Omega 3, necesarios para el cerebro del bebé, pero también para proteger el corazón, las arterias, la memoria y la piel de la madre...
. aceites de germen de trigo y soja por la vitamina E, necesaria entre otras cosas para la fabricación de las hormonas del bebé, pero también para proteger la piel de la madre...,
- mantequilla o nata, por la vitamina A, antiinfecciosa y antioxidante, y por la vitamina D, necesaria para la osificación.
|